En esta lista puedes encontrar consejos para una cocina más sana, trucos de cocina, consejos de seguridad e higiene y formas de cocinar rápidamente.
Consejos y trucos sobre la conservación de los alimentos
- Guarda la verdura en la nevera, envuelta en la bolsa de plástico de la compra, durará mucho más, comprobarlo con los pimientos, las zanahorias, el perejil, el apio, las acelgas, las espinacas…
- Las cebollas estropean las patatas cuando están en contacto. Separarlas.
- No cortes con cuchillo la lechuga, ni otras verduras de hoja, pues se oxida y oscurece. Rómpela con las manos.
- Si rebozas o empanas pescado con escamas que no vas a eliminar no reboces esa cara, pues si la escondes bajo el rebozado, seguramente no te va a gustar encontrarte las escamas en la boca.
- Si has comprado mucha verdura y te crea problemas de espacio o de higiene en el frigorífico puedes limpiarla y precocinarla, para luego guardarla en mucho menos espacio en el frigorífico o en el congelador. Tienes varias opciones:
- blanquearla (hervirla durante 5 minutos) o
- cocinarla al vapor (puedes hacerlo rápidamente en la olla a presión) o
- cocerla en el microondas (con agua o sin ella, según el tipo de verdura) durante unos minutos a la potencia máxima (800 W)
- Cuando prepares salsa de tomate, aprovecha y cocina la de toda la semana. Congela una parte y así la tendrás siempre a punto. Cuando la vayas a utilizar, saltéala en la sartén, que has cocinado las albóndigas o en la paella, etc; de manera que tome el sabor de cada guiso.
- Para preparar cualquier mermelada, hay que añadir la mitad de azúcar que de fruta (siempre bien madura) pelada y deshuesada. Es muy práctico que peses los desperdicios que vayas acumulando en una bolsa de plástico y lo restes del total de fruta. Por ejemplo: para preparar una mermelada de melocotón, hemos pesado 2 Kg de melocotones, los desperdicios pesaban 400 g. Así que, si en la olla quedan 1600 g de fruta limpia, tendremos que añadir 800 g de azúcar.
- Para congelar alimentos crudos o cocinados porciónalos siempre primero. El pan congelado también debe estar porcionado, aunque lo guardes en la misma bolsa.
- Para descongelar cualquier alimento, ya sea crudo o cocido, hazlo siempre dentro del frigorífico 24 horas antes.
- Saca los huevos del frigorífico solamente si estás seguro de utilizarlos. Luego no pueden volver a guardarse, pues con los cambios de temperatura, la cáscara se fisura y se contaminan más rápidamente.
- Nunca guardes nada caliente en el frigorífico, calentará el resto de productos que conservas pudiéndolos estropear.
- Ten siempre cubitos o envases de hielo en el congelador. Te servirán para poder enfriar rápidamente una preparación que quieras conservar en el frigorífico.
Consejos para una cocina más sana
- No sales la comida por costumbre. Aprende a conocer el sabor de los alimentos sin necesidad de añadir sal. Empieza por eliminarla de los platos con alimentos salados como el jamón, el bacalao o las olivas. Luego, evítala en las frituras. Si pones la sal en el alimento ya cocinado, necesitará mucha menos cantidad.
- La sal añadida al principio de un preparación, hace que el alimento elimine parte de su jugo, puede que te convenga para guisar una verdura o puede que no te convenga hacerlo en la carne. Tenlo siempre en cuenta.
- Aprende a sustituir la sal por especias naturales. Las hay para todos los gustos y preparaciones culinarias.
- El queso del gratinado se puede sustituir total o parcialmente por pan rallado. Es una buena opción, pues no contiene grasa. Además, espolvoreado por los bordes, sirve para hacer el gratinado más uniforme.
- Para preparar cualquier plato de berenjenas, no las peles, córtalas y déjalas en remojo en un cuenco con agua salada durante casi una hora. Luego, escúrrelas bien para poderlas cocinar rebozadas o en tortilla. Perderán todo su amargor y ganarás todas las vitaminas y fibra que contiene su piel.
- La mayor parte de la grasa del pollo se encuentra bajo la piel y con la cocción la grasa penetra en el interior. Por ello, si eliminamos la piel para cocinarlo y evitaremos la mayor parte de su grasa saturada y colesterol.
Trucos de cocina prácticos para ahorrar tiempo y / o mejorar los platos
- Para desgrasar un caldo de pollo o de carne, utiliza una espumadera de agujeros o un colador pequeño. Para ello, el caldo debe reposar en la nevera 1 día, preferiblemente en envase metálico pues se enfría más rápidamente.
- Si congelas durante unos días, antes de consumirlos, pulpo, sepia o calamares, estarán mucho más tiernos cuando los cocines.
- Para pelar mejor unas patatas o boniatos asados al horno o en la brasa, una vez cocidos envuélvelos todos juntos en papel de periódico. No perderás la parte tostada al pelarlos.
- Las castañas ya asadas y frías «reviven» y se pelan de forma magnífica si las calientas en el microondas. Calcula 4 ó 5 segundos por castaña a la máxima potencia. Ya que es rápido, caliénta las justas y repite si quieres más.
- Los cuchillos peladores de patatas son perfectos para éstas pero también para pelar zanahorias, pepinos, manzanas, peras, naranjas o limones para aromatizar. También sirven para filetear estas verduras de forma muy vistosa pues al quedar muy finas se enrollan.
- Si vas a utilizar 1 litro de leche, por ejemplo para preparar natillas o arroz con leche, puedes abrir un envase (brick) de leche, totalmente, por arriba, vaciar la cantidad de leche que desees en el cazo y mezclar en el envase de leche, el resto de ingredientes. Incluso cabe una batidora de brazo.
- Si la carne que vas a utilizar es demasiado gruesa, puedes aplastarla (y ensancharla) con un rodillo de repostería sobre una tabla de cocina. Así te quedará mejor cualquier carne empanada o unos libritos de manzana o de queso. Lávalo, luego, muy bien.
- Si quieres enternecer la carne que vas a guisar, rocíala con un chorrito de vino y remuévela hasta que se evapore, luego añade el resto de ingredientes. Sirve para una carne con cebolla, pollo al ajillo o cualquier otra carne.
- Utiliza siempre papel de horno. Evitarás tener que limpiar costras en la bandeja, sea la preparación jugosa o seca. Utilízalo incluso para preparar pan dulce, forrando interiormente unas latas.
- Cuando quieras preparar cualquier tipo de bizcocho, puedes optar por forrar interiromente el molde con papel de cocina (si el molde es rectangular) o untar con mantequilla el interior. En este último caso, deja el molde en el congelador, mientras preparas la mezcla, para que la mantequilla del molde no se derrita.
- Es muy útil disponer de una báscula de cocina. No debe servir para pesar todos los ingredientes sino como apoyo para que tus platos preferidos te queden siempre igual. Y sobretodo, para que no te falte ni te sobre comida. Es útil pesar las legumbres, el arroz, la pasta, las patatas y quizás la carne, pero no hay ninguna necesidad de pesar la verdura.
- Si tienes un reloj de cocina, utilízalo, evitarás tener que estar pendiente y quemándote la boca probando continuamente. Además los platos te saldrán siempre a tu justo gusto. Como orientación, empieza por estos tiempos:
- Pasta para preparar con salsa: 15 minutos ó 20 si es para niños.
- Pasta de sopa: de 12 a 15 minutos, según el grosor. Si quieres que se hinchen las estrellitas, figuritas, tiburones,… entonces déjala reposar, pero no la hiervas más, pues se deshace.
- Patatas hervidas: 20 ó 25 minutos. 10 ó 15 minutos en el microondas
- Arroz: 20 minutos.
- Verdura: 3 ó 4 minutos las espinacas tiernas y hasta 20 minutos las verduras mas consistentes como las judías tiernas, la coliflor o la zanahoria.
- Legumbres: 45 minutos las lentejas (12 minutos en la olla a presión), 3 horas los garbanzos (25 minutos en la olla a presión).
- No evites hacer caldos o preparaciones con legumbres porque tardan mucho. Si no dispones de tiempo suficiente, utiliza la olla a presión. Las ollas a presión modernas son seguras (sigue las instrucciones del fabricante) y muy útiles.
- Si quieres tener legumbres siempre a punto de cocinar, remójalas, escúrrelas y congélalas. Además quedarán más tiernas.
- Si te gustan los ajos para cocinar pero no los quieres comer, cuéntalos al utilizarlos y retíralos antes de servir.
- Nunca tires comida en buen estado: si no te gusta fría, aprovéchala para preparar otros guisos: el pescado para una fideuá, paella, marmitako…; la carne para estofado con patatas, fideos a la cazuela, croquetas (carne de ave)…Si crees que no lo vas aprovechar dentro de los 2 días siguientes entonces congélalo.
Consejos sobre higiene y seguridad alimentaria
- Nunca guardes nada de lo que puedas dudar higiénicamente. Las toxiinfecciones alimentarias se contraen aun cuando la comida no huela o tenga un aspecto contaminado.
- Los alimentos más fácilmente contaminables son los huevos, la leche y los caldos.
- Los productos más secos como el pan o los frutos secos se contaminan mucho más difícilmente.
- Se conservan más fácilmente los productos que han sufrido una fermentación, como el queso curado, los yogures, la mantequilla o el vino. Estos se pueden contaminar por hongos en la superficie, evítalo tapándolos con una lámina de plástico.
- La higiene, en el momento de la manipulación de los alimentos, es tan importante como la elección de productos de gran riqueza nutritiva. Se prudente y cuidadoso al manipular los alimentos. La buena nutrición de la familia, comienza por un control higiénico de la manipulación de los alimentos.
- Tapa correctamente todo lo que guardes en la nevera (con lámina de plástico o de aluminio, o en fiambreras tapadas). Evitarás que la comida adquiera olores extraños. Tapa incluso el agua.
- El uso del aluminio en contacto con los alimentos debe evitarse de forma habitual. El aluminio se desprende en forma de vapor y aunque no se acumula en el organismo, por prudencia lo evitaremos.
- Limpia las pequeñas manchas del interior del frigorífico, con una bayeta húmeda, cada vez que vayas a colocar la compra. Es más fácil hacerlo con el frigorífico un poco libre que hacerlo vaciando todo el interior de forma poco frecuente.
- Pon en el fondo del cubo de la basura un papel de periódico y sobre él, coloca la bolsa. Evitarás que la bolsa gotee al sacarla, por no darte cuenta de que tiene algún agujerito.
- Tan importante es mantener la cocina limpia como el cubo de la basura. Lávalo con jabón y lejía frecuentemente.
Consejos sobre la cacharrería
- Utiliza buenas herramientas de cocina. La cacharrería debe ser del tamaño adecuado para que no se queme (la cazuela o sartén) o quede mal el guiso por quedar demasiado apretado.
- Para dar la vuelta a las albóndigas, buñuelos o croquetas, o para echar aceite sobre un huevo frito, utiliza una cucharilla de mango largo (las de menear vasos altos). Será cómodo y no te quemarás.
- Las sartenes y cazuelas antiahderentes evitan que se pegue y estropee un plato fácilmente. Además, disminuyen la cantidad necesaria de aceite para cocinar algunos platos.
- Para mantener las superficies antiadherentes en buen estado, úntalas con aceite después de cada lavado (sobretodo si utilizas un lavavajillas). Si necesitas apilarlas, sepáralas con una cartulina.
- El microondas debe mantenerse en perfecto estado: las juntas limpias, así como su interior. Puedes limpiar con el vapor de agua hervida su interior, evitando el uso de detergentes agresivos.
- Los termómetros que se pinchan en la carne son ideales para cocinar al horno. Así, las piezas grandes no quedan crudas pero sí jugosas.
Consejos de seguridad en la cocina
- Cuando hiervas caldo o agua, evita que se calienten mucho las paredes con la llama por fuera de la olla. Pues, cuando añadas pasta o arroz, puede levantarse espuma y verterse la mitad del contenido, además de poderte quemar.
- Los cuchillos de cocina deben estar bien afilados. Los cuchillos sin afilar son los más peligrosos, pues con ellos que te puedes herir apretando y haciendo fuerza para cortar.
- Utiliza tablas de cortar de madera muy dura o de plástico (resina) con patas para que no resbalen. Corta siempre sobre la tabla de cocina, nunca a pulso en el aire.
- Las manos no deben estar quemadas, cortadas, escamadas ni agrietadas. Cuídate.
- Utiliza siempre guantes o trapos secos, para agarrar cacharros calientes. Si están húmedos, te quemas las manos cuando más fuerza estás haciendo, y corres el riesgo de echarte la comida por encima y volverte a quemar.