Criar un bebé no es tarea fácil, ya sea con lactancia materna o con biberón surgen dudas y problemas que debes resolver. La lactancia materna es una buena práctica a recuperar, con buena información las dificultades no son tantas.
Lactancia materna: si quieres amamantar a tu bebé, cuídate.
Una vez has llegado al feliz acontecimiento del nacimiento de tu bebé, te desprenderás de un montón de kilos, unos 6 o 7, entre el bebé, la placenta, el cordón umbilical, el líquido amniótico y la sangre.
Teniendo en cuenta que durante el embarazo has intentado conseguir un aumento de peso de entre 9 y 12 Kg entonces…
¿Para qué ha servido el peso sobrante?
Pues se divide en dos partes: la primera es la barriga que ha tenido que crecer y dilatarse mucho para dar cabida al bebé. El resto es el pecho que habrá aumentado considerablemente de peso y una cantidad importante de grasa que se habrá acumulado en las caderas y cintura.
Hasta aquí queríamos llegar, el sobrepeso acumulado no es sobrante sino que, como el resto tiene una función: amamantar al bebé. O sea, que toda la grasa acumulada no es para que la reciente mamá se la guarde sino para que el bebé se alimente sin depender de que la madre coma o no ese día (épocas de hambruna, guerras, y otras situaciones graves).
Con todo esto como introducción queremos explicarte que no debes comer por dos cuando amamantas a tu bebé, sino que el aporte calórico que recibirá será de dos fuentes distintas: un suplemento en tu ingesta, y parte de las reservas grasas de la misma.
Pierde peso mientras le das tu mejor leche
Durante el periodo de lactancia materna, que desde estas líneas apoyamos grandemente como la mejor opción con gran diferencia, es un periodo en el que sentirás una gran sensación de hambre.
Debes tener en cuenta que si bien necesitarás aumentar la ingesta calórica en unas 500 Kcal (alrededor de 1/4 ó 1/5 más que de forma habitual), corres el riesgo de hacerlo en exceso puesto que la barriga está durante varios meses todavía muy distendida y no se tiene la anterior sensación de estómago lleno; parece un pozo sin fondo donde todo cabe. Este motivo junto al uso de la lactancia artificial (biberón) son las causas básicas de que muchas mujeres se engorden cuando tienen hijos.
La forma de evitarlo será pues que des de mamar a tu bebé e ir controlando periódicamente, cada 1 o 2 semanas, tu peso, que debe de ir disminuyendo pero lentamente, unos 200 g / semana primero, luego menos.
¿Qué debes comer cuando crías a tu bebé?
Pues debes comer lo mismo que al final del embarazo, cuidando especialmente la calidad de los productos que utilizamos. Procurarás que todo esté especialmente fresco para que la merma de vitaminas sea la menor posible y para que, por supuesto, no corras riesgos higiénicos (no es buen momento para enfermar).
Deberás añadir algo, además de calorías, agua, mucha agua: cualquier forma líquida la aportará, beberás agua fresca, zumos, caldos etc. Procurarás que la preparaciones culinarias no sean secas habitualmente.
Debes comer platos de cuchara. Según sea la cantidad de líquidos que ingieras así será más o menos líquida tu leche. No controlarás así la calidad de nuestra leche , pues de eso se encarga el bebé con su demanda, pero si el flujo de ésta, si a tu bebé le cuesta demasiado trabajo mamar o tarda demasiado harás la leche más líquida. Quizás sea al revés, que al bebé se queje por que sale demasiado deprisa la leche, sólo hará falta adaptar la cantidad de líquido a sus necesidades, o a las tuyas, en caso de que se se te vierta demasiado fácilmente la leche de los pechos en la ropa.
Ofrécele la mejor leche, puedes amamantar a tu bebé siempre que quieras
En los siguientes apartados vamos a explicar detalladamente como amamantar a tu bebé pues todas las mujeres pueden hacerlo si es que lo desean. Lo más importante es saber que NADIE tiene la leche de poca calidad ni aguada. Veamos pues como hay que hacerlo y como resolver los problemas o dudas que puedan aparecer.
Recomendaciones de la OMS sobre la lactancia materna
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta los 6 meses de edad y y la lactancia materna no exclusiva (con la complementación de otros alimentos), desde los 6 meses hasta los 2 años de edad del bebé.
Ventajas de la lactancia materna
- Das a tu bebé la leche perfecta
- La leche que le das está es las mejores condiciones higiénicas y de temperatura posibles
- Es la opción más económica. Además siempre le das lo que quiere y si sobra, no hay que tirarla
- No necesitas acordarte de coger la leche ni los biberones, ni de comprarla
- No hay ningún motivo para seguir ningún horario impuesto por un médico, tu bebé no es un paciente
- Sirve como calmante ante el dolor y consuelo de tu bebé, es su mejor chupete aunque también puedes quitárselo puesto que madre e hijo sois dos personas distintas y tenéis distintas necesidades
- Puedes prescindir de darle cualquier otro alimento hasta los 6 meses, pasado este tiempo todos los lácteos que debe tomar pueden ser simplemente tu leche materna hasta más allá del año de vida de tu bebé
- Será su mejor alimento durante el primer año pero puedes continuar si lo deseas puesto que además lo proteges de alergia a los lácteos y también al resto de alimentos.
- Estadísticamente lo niños alimentados con leche materna son niños más sanos, pues le damos nuestras propias defensas y no tienen que esperar a enfrentarse ellos a los organismos patógenos para generar sus propias defensas
- Morfológicamente tienen una boca con unos maxilares mucho más fuertes, mejor dentadura
- Tendrá tu bebé menos gases y sufrirá menos cólicos del lactante
- Tienes al bebé tan cerca mientras le das el pecho que le transmites todo tu calor y amor maternal, que también alimenta
- Te hace sentir realmente bien
Estas son algunas de las ventajas de la lactancia materna, pero hay más:
- Mejor digestión proteica
- Mejora absorción del hierro
- Existe un menor riesgo de sobrealimentación
- Sufrirá menor carga renal
- El bebé no necesita aporte extra de agua
- La leche materna es estéril
Si crees que dándole lactancia materna toda la carga de trabajo será para ti, te equivocas
Tu pareja puede ayudar muchísimo, no le hace falta un biberón para hacerlo. Vuestro bebé tiene muchas más necesidades aparte de la alimentación: cambiarle los pañales, vestirlo, mecerlo y calmarlo … Seguro que sin necesidad de preguntar por una nueva orden puede hacer un montón de cosas que aliviarán la carga emotiva y de trabajo como nueva madre. Incluso en las agotadoras tomas nocturnas tu pareja puede colaborar trayéndote el bebé a tu regazo, cambiándolo de pañal y devolviéndolo a su cuna, con lo que te limitarás a darle de mamar sentada o tumbada y hasta con los ojos cerrados.
Hay quién propone que el bebé duerma con la madre pero así será el bebé el único que descanse. Al bebé le gustará pero no lo necesita, le quieres y cuidas continuamente, el bebé lo sabe y también sabe que si mamá no duerme dos horas seguidas en toda la noche al día siguiente no podrá hacerle una sonrisa. Además seguramente tienes una pareja que quieres mantener muchos años y que cuando el bebé crezca se independizará mientras te quedas con tu pareja. Recuerda que tu pareja estaba antes que el bebé y que incluso tuviste la oportunidad de elegirla mientras que del bebé eliges su llegada pero no su carácter, su sexo ni su color de ojos. Cuidaos entre todos, es la opción más sana y eficaz.
Si quieres dar de mamar a tu bebé, no compres nada, ya lo tienes todo
La decisión del tipo de lactancia que ofrecerás a tu bebé debes tomarla antes de la llegada del bebé. Si te decides por la lactancia materna entonces no necesitas comprar nada de la artificial (biberón) por si acaso. Nunca te hará falta correr tanto para pasarte al biberón si es que te arrepientes o decides que ya le has dado suficiente.
Las dudas o problemas que pueden aparecer debes resolverlas no eliminarlas. La crianza de tu hijo siempre te planteará dudas y problemas: con cualquier lactancia, con cualquier tipo de educación que le ofrezcas, hasta con la ropa que le compres…, hay muchas dificultades a las que te enfrentarás y las decisiones drásticas tomadas con prisas tienen posibilidades de no ser las mejores. El primer paso a la hora de decidir es siempre recopilar información adecuada y suficiente.
Para darle el pecho no hace falta nada más que tener un bebé, ganas de darle de mamar y algún que otro conocimiento:
¿Cuándo empezar a darle de mamar?
Cuando acaba de nacer no tienes leche, sólo unas gotas de calostro, eso es suficiente y magnifico por ahora. Será bastante incómodo si el parto a sido complicado o si ha habido cesárea pero la alegría y la ilusión te ayudarán, junto a tu pareja o una comadrona, a ponerte el bebé al pecho en cuanto hayas tomado aliento.
Si puedes, empezarás a darle de mamar en la misma sala de partos, pero si no te lo permiten, reclamarás que lo hagan antes de las 2 primeras horas de vida del bebé pues es cuando más despierto está (seguramente por la emoción de asistir a su propio nacimiento), pasado este tiempo si no ha tomado nada de pecho caerá en sueño y debilidad y te será más difícil captar su interés. Ofrécele el pecho a menudo (despiértalo si duerme más de tres horas seguidas), en 2 ó 3 días tendrás la subida de la leche que puede ser tan grande e incómoda que te produzca dolor y hasta unas décimas de fiebre (nada preocupante si no es fiebre elevada).
Durante la subida de la leche
Para evitar una gran carga de leche en el pecho durante la subida de la leche inicial o cuando duerme mucho, ofréceselo muy a menudo, desearás que lo vacíe pronto. A veces tu pecho estará tan cargado que el bebé no podrá agarrarse al pezón, lo que se soluciona sacando una pequeña cantidad de leche para liberar el pezón y la areola de tanta tensión. Esto se hace inclinándote hacia el lavabo y masajeando el pezón hacia delante, enseguida saldrá un buen chorro, para pararlo tendrás que incorporarte de nuevo.
Lactancia materna. Recuerda el orden de la última toma
Siempre debes procurar dar de mamar empezando por el mismo pecho con el que terminó la última vez. Aunque parezca mentira cuesta mucho acordarse pues esta norma prevalece durante toda la lactancia y eso corresponde a muchos cambios de pecho, puedes usar trucos como cambiarte un anillo de mano cada vez o ponerte algún clip o pinza en el tirante del sujetador…
¿Preparar el pecho en la lactancia materna? mejor no. Solo necesitas un buen asiento
Para dar de mamar no se deben de lavar los pechos ni hace falta ninguna preparación, los lavados con jabón o alcohol secan en exceso los pezones y pueden ser una causa de aparición de grietas. Solamente buscarás un lugar donde sentarte cómodamente con la espalda bien apoyada, si es posible, tendrás a mano uno o dos cojines para apoyar tu brazo o el bebé pues, al rato, cansa.
Tomarás al bebé como si estuvieras meciéndolo y lo acercarás suavemente al pecho, él mismo se agarrará y él mismo se soltará cuando haya terminado con el primer pecho, luego le ofrecerás el segundo para ver si lo quiere. A esto se le llama dar de mamar a demanda, sin horarios de entrada ni salida, él bebé nos indicará con su llanto si quiere mamar y cuando haya terminado se soltará o se dormirá. Si lo necesitas, puedes liberar el pezón de su boca introduciendo un dedo por la comisura del labio. Frecuentemente el bebé se duerme al pecho pero conviene soltarlo cuando eso ocurra, se debe mamar despierto de lo contrario serás su única forma de dormir.
Si quieres una lactancia materna relajada busca la comodidad en la ropa
Puedes dar el pecho por encima o por debajo de la ropa. Si lo haces por arriba, desabrochando la ropa desde el cuello, entonces pondrás a la vista todo el pecho, controlarás en todo momento el bebé pero, si hace frío, quizás padezcas dolor de garganta. Si en cambio le das el pecho levantándote la ropa desde la cintura entonces no muestras tu pecho pero tampoco ves la cara de tu bebé.
Un chal o toquilla, o cualquier tipo de toalla o mantita puede servirte para taparte la espalda desnuda o el pecho. Por cierto, cuando le des de mamar, ten siempre a mano una toallita de algodón limpia, para limpiarte o limpiarlo, pues algún día te hará falta si regurgita, abre la boca llena o suelta el pecho cuando está cayendo a toda prisa por que le molesta.
¿Tu bebé se queda con hambre?
Esto que acabamos de explicar es la lactancia materna pero tan simple como es genera muchas dudas es la causa más frecuente de abandono de la lactancia materna y adopción de la artificial. Las dudas más frecuentes son las que conciernen a la satisfacción del bebé, la madre contrariamente a lo que dice la sabiduría popular, no suele saber porqué llora su bebé y como realmente cuesta saberlo o si se sabe cuesta encontrarle solución entonces se opta demasiado a menudo por echarle las culpas a la lactancia materna puesto que es lo que se escapa de nuestro control cuantitativo.
El supuesto problema es que no sabemos cuánto toma. Lo que más se necesita es buena voluntad para seguir adelante y lo que menos, los consejos para que cambiemos de lactancia. Pero si realmente llegamos a saber cuánto toma tampoco nos será útil puesto que, en cada toma, la cantidad ingerida es distinta pero además es distinta la composición de la leche a lo largo del día y también es distinta a lo largo de una misma toma. La forma pues es darle toda la cantidad de leche que quiera cuantas veces quiera.
Un ejemplo práctico de aumento brusco en la frecuencia de las tomas es el calor veraniego o la fiebre, aumenta la cantidad de tomas pero disminuye la cantidad de leche puesto que sólo quieren la primera parte de la leche que es más acuosa que la segunda (más grasa). La leche se adapta en cada toma es siempre perfecta aunque te pongas enferma.
¿Crees que tu bebé no está mamando suficiente?
Si el problema es que crees que el bebé no recibe el alimento suficiente, por algún signo externo como llanto mayor del habitual (que ya es demasiado para cualquier madre), bajo peso real (los bebés no están hechos con molde y tienen pesos muy distintos) entonces no hay nada tan fácil como ofrecerle el pecho más veces. El aumento de la frecuencia de las tomas y la disminución del tiempo que pasa entre ellas hará que simplemente tengas más leche, y si es eso lo que necesita el bebé, lo tomará. En realidad puedes provocarte nuevas subidas de leche poniendo al bebé continuamente a mamar, tardarás menos en volver a tener una subida de leche que tras el parto, pues empiezas ya teniéndola, es una forma de «volver a empezar».
Contraindicaciones para la lactancia materna
- Si la madre no quiere amamantar a su bebé, no debe hacerlo.
Solamente está contraindicada la lactancia materna en casos de enfermedades graves que se transmiten a través de la leche materna:
- Galactosemia del recién nacido
- Fenilcetonuria del recién nacido
- Tratamientos oncológicos (cáncer)
- SIDA de la madre
- Alcoholismo y drogadicción
- Medicación contraindicada durante la lactancia materna
- Tuberculosis
- Ictericia por la leche materna si está muy alterada la bilirrubina
- Herpes simple
- Varicela
¿Cuándo no debe suprimirse la lactancia materna?
- Infecciones banales como resfriados, diarrea, vómitos
- Hepatitis A y B
- Epilepsia y su tratamiento
- Mastitis y su tratamiento: mejora con la lactancia materna
- Abceso en la mama
No permitas que te avergüencen por dar de mamar a tu hijo
En cualquier caso, si decides darle el pecho a tu hijo, jamás te avergüences ante nadie pues nadie se avergüenza por dar un biberón en plena calle, o en un restaurante. No permitas nunca que nadie critique que le des de mamar en público puesto que seguro que será mejor que oír el llanto nervioso del bebé hambriento. Puedes tener, en la mente preparadas, contestaciones tajantes para situaciones difíciles. Si eres tu misma la que tiene vergüenza, mejor que te acostumbres a la situación, de lo contrario pondrás muy nervioso a tú bebé y la lactancia materna acabará fracasando. Tú eliges, pero recuerda que tu hijo no es una vergüenza.
Si tienes gemelos, trillizos … también puedes criarlos
La situación se complica cuantos más hijos se quiera amamantar a la vez pero es solo cuestión de costumbre y organización, la capacidad de tus pechos para producir leche es enorme, atrévete pero no desprecies cualquier posible ayuda. En realidad la ayuda es muy útil aunque optes por la lactancia con biberón.
Puedes darles de mamar a la vez (si son solamente dos) o por turnos, no te preocupes, mientras tengas un bebé, tendrás leche, nunca se termina y cada uno tomará la que quiera, o sea la que necesite. Si quieres darles de mamar a la vez ten a mano varios cojines y piensa muy bien qué puedes necesitar pues luego no podrás levantarte con los dos para buscar un cojín, un vaso de agua, una toalla, un chal … Hay quien para criar tres bebés de forma sincronizada les da a dos el pecho y un biberón al tercero, que será un hermano distinto cada vez. Idea tu mejor opción pero esfuérzate, vale la pena.
Y en el caso de tener hermanos mayores … también pueden
Incluso si lo que tienes son dos lactantes de diferentes edades puedes darles sin preocuparte porque el mayor se tome la leche del pequeño, no lo hace, cada uno se toma la suya y es distinta porque distinta es la demanda. El peor desprecio que puede sentir un hermano mayor es el de quitarle su madre y su leche para dárselas a su hermanito recién nacido, no hace falta colaborar para que tenga más celos.
El destete
El destete suele hacerlo el propio bebé aunque dependerá de diferentes factores:
- La edad: hay bebés de un año que se distraen durante el día o duermen toda la noche seguida de manera que se destetan sin darse cuenta, en cambio, otros abandonan la lactancia cuando ven que se hacen mayores, a los 3 ó 4 años .
- La alimentación complementaria: si se le dan lácteos alternativos (leche de vaca, queso, yogur…) puede disminuir de forma drástica la cantidad de leche materna que pida. Si se le da la comida antes que la leche también puede destetarse por consumir las calorías que necesita aún cuando no ingiera la cantidad de leche que requiera a esa edad.
- La época del año: en verano es más difícil el destete si el bebé prefiere la leche materna al agua corriente para calmar su sed.
- De la voluntad de la madre: cada madre debe ser libre de destetar al bebé cuando así lo decida.
Cuando, por cualquier motivo, quieres destetar al bebé antes de que él mismo lo haga, solo necesitas hacerlo progresivamente, a lo largo de aproximadamente 1 semana.
Durante el día, mantén a tu hijo muy distraido y ofrécele cualquier cosa para comer o beber cuando pida leche de manera que cada día le des «una toma menos». Ten en cuenta que las tomas que más estimulan la producción de leche son las nocturnas. La última leche que te quede será probablemente la toma antes de acostarse y la primera de la mañana.
No intentes destetarlo en un solo día porque el estrés que os causará a los dos será excesivo. Además fácilmente te producirá una mastitis. En caso de tener que hacerlo por motivos médicos, deberás extraerte la leche manualmente cada vez que sientas tus pechos llenos. Esto durará unos días, si se producen obstrucciones deberás solucionarlas.
Alimentos prohibidos durante la lactancia materna
El único alimento que debes evitar es el alcohol. Existen algunas recomendaciones acerca de alimentos fuertes como la alcachofa o la coliflor pero no debes evitarlos sin primero comprobar su efecto. La leche materna, por suerte, toma el sabor de lo que comes y por lo tanto es siempre distinta. Si te gustan las alcachofas, dáselas a probar a tu hijo (a través de tu leche), quizás también le gusten. No excluyas alimentos sin 1º comprobar su efecto.
Puedes utilizar la lactancia materna como vía para darle infusiones relajantes (tila) en los días más difíciles o para tratar dolores tipo cólicos (cominos o anís estrellado). Solo hace falta que te lo tomes tú y una parte la recibirá tu hijo.
Existe la posibilidad de que tu alimentación le pueda provocar dolores de barriga. Si tu bebé sufre de manera esporádica cólicos de barriga, analiza tu alimentación del mismo día y del día anterior y comprueba si has tomado alimentos flatulentos como legumbres o crucíferas (col, coliflor…). Si es así evítalos hasta los 3 meses de vida de tu bebé, para intentarlo de nuevo.
¿Tienes algún problema con la lactancia?, ¡puedes solucionarlo!
A veces, por falta de información previa pueden aparecer problemas en los pechos. Puedes evitar llegar a tenerlos pero también puedes solucionarlos sin eliminar la lactancia materna. Conócelos:
¿Estrías o grietas? Se evitan fácilmente
Cualquier problema de grietas en los pechos viene causado porque el bebé está mamando mal, entonces, sólo hace falta cambiar de postura al bebé para que deje de ocurrir.
El bebé debe mamar, no chupar el pezón. Nunca tiene que haber dolor, para ello debe abrir mucho la boca para que él mismo introduzca en su boca todo el pezón y gran parte de la areola de abajo hacia arriba, debe estirar el cuello y abrir mucho la boca. Suele saber hacerlo mucho mejor el bebé por su instinto que la madre con su interés, es decir que no debes meterle el pecho en la boca, no nos gusta comer con prisas.
Cuando tocas el labio superior del bebé con cualquier cosa, siempre abrirá la boca. Si lo acercas suavemente al pezón también lo hará y se agarrará con la lengua y haciendo el vacío en su boca, nunca puede morderlo. Si un día lo muerde jugando debes soltarlo del pecho y decirle seriamente no, luego puede continuar jugando.
Más detalles para evitar las estrías en el pecho
Otro detalle importante para evitar las grietas son los labios del bebé. Deben estar bien abiertos, no metidos hacia adentro, para que resbalen y no estiren la piel nunca, puedes tocarle ambos labios mientras mama para asegurarte de que lo está haciendo perfectamente.
Para liberar el pezón de la boca del bebé debes introducir un dedo por la comisura del labio, nunca apartar al bebé si no ha abierto la boca.
Utiliza una buena crema contra las grietas en el pezón, la tuya
Tanto para evitarlas como si ya las tienes, la mejor crema será sin duda tu propio calostro o la posterior leche materna. Apretarás ligeramente el pezón irritado después de haber mamado el bebé y untarás con la gota de leche, ya más pastosa del final de la mamada, el pezón y la areola, y así untado dejarás que se seque al aire. Ninguna crema es más eficaz ni más económica y siempre está a mano.
Ingurgitación mamaria
La ingurgitación mamaria se caracteriza es la inflamación de los dos pechos por una excesiva carga de leche que provoca una gran tensión y dolor en los pechos.
Se produce los primeros días tras el parto o si el bebé está demasiado tiempo sin mamar (si se suprimen tomas nocturnas). Normalmente no aparece fiebre.
El tratamiento y prevención serán los mismos que en las obstrucciones del conducto mamario.
Obstrucción del conducto, galactoforitis
Otro problema que puede aparecer son las obstrucciones mamarias. Son acumulaciones lácteas en los conductos lácteos que se perciben como bultos duros, dolorosos al tacto y enrojecimiento suave de la piel.
Evita las obstrucciones y las ingurgitaciones mamarias
Para evitar la ingurgitación mamaria y las obstrucciones debes evitar opresiones en el pecho (como sujetadores con aros o tirantes de mochilas portabebés sobre el pecho) y como medida preventiva ir rotando al bebé alrededor del pecho mientras mama, o sea cambiarlo de postura: en forma de mecedora, pelota de rugby, «de pie».
Algo que se hacía años atrás era pinzar el pezón. No lo hagas nunca. El bebé no se ahoga mamando y lo único que conseguirás, haciendo la pinza, es impedir que la leche circule correctamente pudiendo provocarte desde ingurgitaciones hasta que el bebé se quede con hambre.
Para tratar las ingurgitaciones y obstrucciones mamarias empieza con calor húmedo
Si aún así nos encontramos alguna vez con ingurgitación u obstrucciones (con la subida de la leche es frecuente) aprovecharás la toma en la que vayas a empezar por el pecho ingurgitado para primero aplicar calor húmedo sobre ese pecho con la mano de ducha o con una toalla de tocador mojada en agua caliente, luego, mientras le das de mamar, masajea suavemente el bulto hacia el pezón.
Posturas que ayudan a solucionar las obstrucciones e ingurgitaciones mamarias
Una buena postura para dar de mamar en estas situaciones es colocando al bebé en una mesa tumbado boca arriba y darle de mamar de pie o de rodillas inclinada sobre tu bebé de forma que el pecho quede colgando totalmente.
Cuando duele el pecho o tratas obstrucciones o ingurgitaciones mamarias termina con frío
Por último, cuando haya terminado de mamar, aplícate frío sobre el pecho; lo más práctico es una bolsa de guisantes congelados envueltos en un paño de cocina. Ya antes del parto hay que ir a comprar guisantes congelados para emergencias tales como la explicada y para aplicar frío. Así evitarás derrames en los pequeños o grandes golpes que pueda sufrir el bebé cuando ya se desplace solo.
Mastitis. El tratamiento pasa siempre por eliminar la leche acumulada
La mastitis es la consecución de un problema de ingurgitación mamaria sin solucionar. Es una infección que cursa con fiebre, hinchazón de pechos y mucho dolor. Tendremos que acudir al médico para nos indique si nos hace falta tomar algún antibiótico compatible con la lactancia. Pero además no podemos dejar la ingurgitación ni el resto de la leche en el pecho. Tampoco es ésta una causa para abandonar la lactancia, en absoluto, el bebé nos ayudará.
¿Cómo solucionar la mastitis?
La solución para la mastitis es exactamente la misma que para la ingurgitación, pero con añadidura de algún antibiótico, el bebé será el que más nos va a calmar el dolor vaciando nuestros pechos con el mejor método que existe, mamando.
No abandones la lactancia por este problema pues tendrás igualmente la necesidad de eliminar la ingurgitación infectada y la leche acumulada y lo tendrás que hacer por otros medios mucho más costosos y dolorosos.
Candidiasis del pezón provocada por hongos en la boca del bebé
La candidiasis produce un dolor intenso en el pezón cuando el bebé está mamando. Se enrojece el pezón. Esta infección por hongos tiene un tratamiento farmacológico que no tiene que incluir un abandono de la lactancia materna.
Algunos problemas en la lactancia materna pueden evitarse. Aprende cómo
Para no provocar problemas que afecten a la integridad de la lactancia materna debes evitar el uso del chupete sobretodo hasta que no esté la lactancia bien establecida.
Hay que evitar horarios estrictos aunque si interesa se le pueden ofrecer unos horarios compatibles con sus costumbres. Según el número de tomas que habitualmente hace y según el tiempo que habitualmente espera entre ellas, no debes ser estricta en absoluto. Jamás le dirás al bebé que ya ha tomado suficiente tiempo de cada pecho o que no le podemos dar porque no le toca. Solamente él sabe si le toca e intentará explicarse lo más claramente que pueda.
¿Quieres contarnos tu experiencia? ¡Adelante! Déjala en los comentarios, estamos ansiosos por leerte.