La vitamina K es también llamada vitamina antihemorrágica. Aparece en la fracción grasa de los alimentos e interviene en la coagulación de la sangre. Es, como todas las vitaminas, imprescindible.
Características generales de la vitamina K
La vitamina K es de naturaleza quinona, tiene 3 formas K1, K2, K3 con prácticamente la misma actividad vitamínica y químicamente son naftoquinonas:
- De origen vegetal: filoquinona K1 o fitomenadiona
Fundamentalmente saturada con una cadena de longitud determinada.
- De origen animal: menaquinonas K2 (presente en las bacterias intestinales aunque no es conocida su síntesis y biodisponibilidad)
Es de longitud variable (20-60 C) con una cadena lateral bastante insaturada.
- Vitamina K3 menadiona
Es la que utiliza como vitamina sintética porque es la más sencilla
Participación en el organismo
La vitamina K reacciona con facilidad con Ca2+ que interviene en la coagulación de la sangre y por ello participa tanto en hemorrágias internas como externas. (Existen raticidas con vitamina K que provocan hemorrágias internas)
Existen escasas reservas de vitamina K en el organismo.
El exceso de vitamina K disminuirá el efecto de los anticoagulantes orales.
También interviene en procesos como en el del metabolismo del Ca. Interviene en los factores anticoagulantes VII, IX, X y protrombina.
Estabilidad
La vitamina K es:
- Inestable al aumento de la temperatura (termosensible)
- Sensible a la luz (fotosensible)
- Sensible a la presencia de O2 (oxidable)
Ingesta recomendada de vitamina K
Se recomiendan 100 µg / día aunque no suele haber carencias.
Fuentes de vitamina K
La vitamina K se puede encontrar en diferentes concentraciones:
- Alimentos con más de 150 µg / 100 g: verduras como la col, coliflor, espinacas, perejil, brócoli…
- Alimentos con 50-150 µg / 100 g: hígado, carnes; patatas, zanahorias…
- Alimentos con menos de 50 µg / 100 g: leche y derivados; carne magra, huevos; verduras; fruta; cereales (destaca la avena entre el resto de cereales por su elevado contenido).