El pan ha sido un alimento fundamental durante cientos de años. Actualmente, la amplia oferta alimentaria, nos ha hecho replantearnos dudas sobre su utilidad en una dieta equilibrada.
El pan en la dieta equilibrada
En la alimentación de una persona el pan es un alimento entre tantos. Lo que nos engorda es simplemente el comer más de lo que gastamos (ver ¿por qué engordamos?).
La composición del pan es fundamentalmente carbohidratada pero en él también encontramos proteínas de bajo valor biológico, vitaminas, minerales y fibra alimentaria (en mayor cantidad en el pan integral).
El pan, como todos los cereales, es un alimento fundamental en la dieta de las personas (ver Construye una dieta equilibrada y a tu gusto). Antiguamente los pueblos mediterráneos vivían con pan y poco más. Había personas que por sacrificio religioso o por encontrarse en la prisión sobrevivían durante años a base de pan (antiguamente era integral) y agua. Estos son simples ejemplos para mostrar la importancia positiva del pan en nuestra dieta.
¿Lo que engorda entonces es la miga?…
El pan sin hornear es igual por dentro que por fuera, en cambio el pan cocido está compuesto por la miga interior y la costra exterior. O sea que los nutrientes son los mismos por dentro que por fuera, salvo alguna merma vitamínica por efecto del calor en la capa exterior del pan. La diferencia radica entonces en la cantidad de agua que contiene, es decir, los nutrientes están más concentrados en la costra del pan de lo que deducimos rápidamente que si hay algo que tiene que ser más calórico eso es la costra. Si lo que se quiere es obtener menos calorías lo que hay que hacer es comer menos en vez de tirar una parte del pan que ya hemos pagado.
¿Será quizás el relleno o las salsas?
El relleno o las salsas son un vehículo para comer pan de forma más sabrosa, recordemos que el pan es fundamental. Cuando comemos mucho pan para con los embutidos o las salsas lo que hacemos es ingerir, quizás sin darnos cuenta, muchas calorías. Pero éstas no serán un problema por si solas sino que la ingesta de toda la comida será la que nos proporcione una cantidad de calorías que puede ser excesiva o no. En todo caso será la ingesta calórica diaria la que puede desequilibrar el balance entre ingesta calórica y gasto energético.
¿Por qué despreciamos el pan?
El pan ha sido tradicionalmente un producto asequible para la clase social más pobre mientras que los alimentos como la carne estaba limitada a los ricos. El afán de las gentes por parecerse a los que mejor vivían hizo que se devaluaran alimentos tanto o más sanos que los que los ricos comían. Así pues se desprestigiaron alimentos y conductas muy sanas para llegar cuanto antes a una clase social acomodada. Así se han ido apartando alimentos como el pan y las legumbres en favor de otros que deben de tomarse en poca cantidad como la carne o los huevos. También la actividad física ha ido disminuyendo drásticamente para pasar a tener una vida cómodamente sedentaria. Incluso el abandono de la lactancia materna viene dado por la promoción del biberón entre las clases sociales altas. Y todo aquello que tienen los ricos lo queremos los pobres, así que de forma indiscriminada se ha ido modificando la cultura alimentaria que es lo más barato para ser ricos.