Foto de la receta

El pulpo es poco calórico por si solo, rico en calcio y cobre como minerales destacados vitamina A. Lo enriquecerás con ácidos grasos monoinsaturados y vitamina E si optas por el aceite de oliva.

Como hemos explicado, el menú ideal es: pulpo gallego con cachelos (patatas cocidas con piel). Puedes servir como entrante un zumo de tomate o un consomé para ofrecer líquido al estómago y digerir un plato que inicialmente es muy seco, aunque el pimentón picante colabora para que bebas el líquido necesario (puede ser vino pero de forma moderada). Ensalada como complemento y fruta fresca como postre.

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Ingredientes

  • 1 pulpo gallego de 2½ Kg
  • 6 cucharadas soperas de aceite de oliva
  • pimentón picante
  • sal gruesa
Personas: 6  
Tiempo: 1 hora  
Dificultad: Muy fácil

Para preparar un buen pulpo gallego elige primero un pulpo realmente gallego, que no sea pequeño. Antes cocinarlo puedes golpearlo con una maza de madera pero una forma más suave es congelarlo durante unos días. Para cocinarlo debe de estar a temperatura ambiente. Utiliza una olla muy alta para que no deje de hervir, llena de agua y sin sal. Cuando esté hirviendo, agarra el pulpo por la cabeza y, sin soltarlo, sumérgelo 3 veces consecutivas en el agua hirviendo, ésto es para que no pele al cocer, y déjalo hervir ya, a la tercera durante unos ¾ de hora aproximadamente. Si le pinchas la cabeza podrás ver si está tierno. Debe servirse bien caliente por lo que lo puedes dejar en la propia olla. Para servir el pulpo gallego, trocea sus tentáculos con unas tijeras y sírvelos a rodajas (en las ferias se sirve sobre un plato de madera) con sal gruesa, aceite de oliva y pimentón picante.

El complemento ideal del pulpo gallego o a la gallega son unos cachelos (patatas con piel hervidas en el mismo agua de cocción) aunque hay quién prefiere comerlo simplemente con pan. Buen provecho.