Este segundo plato aporta proteínas de elevado valor biológico e hidratos de carbono. El contenido graso es relativamente escaso así como el contenido en fibra. Rico en vitaminas del grupo B y minerales.
El pollo al horno con manzanas es recomendable en una dieta equilibrada y podría completarse un menú equilibrado empezando la comida con una sopa, una ensalada de tomate, servida antes o a la vez que el pollo, y terminándola con unas natillas con galletas.
- 1 pollo entero eviscerado y sin cuello de unos 1300 g
- 1 patata grande
- 3 cebollas
- 2 manzanas
- 1 naranja
- 2 cucharadas de aceite
- pimienta molida
- tomillo
Tiempo: 1 hora y 30 minutos
Dificultad: Fácil
Puedes preparar un delicioso pollo al horno con poco esfuerzo y muy buen resultado. Empieza encendiendo el horno y situando el termostato a 200-230°C.
Toma un pollo pequeño, limpio, sin cuello, patas, ni vísceras, pero con piel. Echa pimienta molida en el vientre y sobre la piel. Colócale en el vientre una ramita de tomillo, romero o cualquier otra hierba aromática de tu gusto y luego llénalo con una naranja bastamente troceada. Dobla las alitas hacia atrás de manera que queden «plegadas» y une los muslos con un cordón de algodón. Coloca el pollo en el centro de la bandeja de horno cubierta con papel vegetal (de horno).
Pela y trocea 1 patata grande a lonchas de 1 cm de grosor. Colócalas alrededor del pollo. Pela y trocea 3 cebollas medianas y 2 manzanas a trozos grandes. Colócalas sobre las patatas. Rocíalo con un poco de aceite, para que empiece a cocinarse sin quemarse.
Mételo en el horno y no lo abras en ½ hora. Pasado ese tiempo dale la vuelta al pollo y menea también las patatas, cebollas y manzanas. Puedes rociar el pollo con sidra o vino. Vuélvelo a dejar y cada 20 minutos le das la vuelta de nuevo al pollo y al acompañamiento. En 1 hora y ¼ tendrás el pollo listo.
Puedes añadir otros ingredientes como alcachofas troceadas o setas a media cocción.
Los termómetros que se pinchan en la carne son ideales para el horno. Así, las piezas grandes no quedan crudas pero sí jugosas. En el caso de las aves, éstas deben llegar a 87°C (190°F) en el centro.