El agua es un alimento acalórico pues sus nutrientes (agua y minerales) no proporcionan energía al organismo. Tampoco elimina energía para adelgazar. La confusión reside en que podemos modificar la ingesta de agua para aumentar la sensación de saciedad en una dieta de adelgazamiento consiguiendo, de esta manera, mejores resultados.
El agua es, por definición, un alimento acalórico, pues formada por agua y minerales no nos proporciona energía. Pero no hay ningún alimento que nos pueda eliminar exceso de energía y el agua tampoco.
La función del agua es reguladora, interviene de forma directa o indirectamente (como medio) en todos los procesos metabólicos. Pero, regular no significa colaborar en la eliminación del exceso de peso.
La única forma en la que ayuda el agua en la pérdida de peso es disminuyendo la sensación de hambre y aumentando la sensación de saciedad. Es decir, cuando se tiene hambre y se bebe un vaso de agua, el hambre se pospone ligeramente. De igual manera, si se bebe un vaso de agua durante las comidas, especialmente con los alimentos que contienen fibra, el estómago se llena antes y provoca una respuesta física de sensación de saciedad. O sea, con el agua podemos conseguir comer algo menos, y será esta comida de menos, la que nos pueda adelgazar.
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